Cuando comenzamos una
relación jamás creí lo complicado que iba hacer, él estaba empezando a viajar
mucho y yo también.
Conocí a Roger hace
años y nuestra amistad me enseño amarlo por el hombre que es, no importa que
estuviera mal en mi vida él podría levantarme el ánimo con una sonrisa y ahora
que es mi amante no puedo evitar la sonrisa que estalla en mi rostro.
Han pasado muchas
cosas desde que empezamos a salir, al principio todo era para hacerme olvidar a
mi ex pero ahora ni siquiera recuerdo su nombre, al único hombre que extraño es
a Roger cuando no está conmigo. Así que esta mañana cuando mis ojos se abren y
veo a un lado de la cama esperando verlo y descubro que no está una punzada
atraviesa mi corazón.
-oh dios como odio el sol-murmuro. girando para taparme con
la sabana. Después de unos minutos me rindo y me siento en la cama, peino un
poco mi cabello con mis manos y me pongo mis bragas.
Ya que esta no es mi casa y no hay manera que me ponga la
misma ropa que anoche, decido hurtar una camiseta del armario de Roger. Después
de lavarme los dientes me dirijo a la sala.
Encuentro a Roger sentado en el sillón con sus manos
sosteniendo su cabeza y a pesar que percibo su frustración no puedo dejar de
admirar su desnudo cuerpo. Diablos amo su
cuerpo
Mi mente gira tratando de ayudarlo pero si el no habla
conmigo hare que lo haga.
Sin hacer ruido me acerco para terminar sentada en su regazo,
cuando me siento sus brazos automáticamente me rodean.
-¿Qué pasa? ¿Está algo mal?
-contigo a mi lado nada está mal-su sonrisa me confirma que
sus palabras son sinceras. Miro sus ojos y sé que algo lo está atormentando
-¿y qué pasa con el resto del mundo?
Deja escapar un suspiro, noto con se pone rígido y su abrazo
se intensifica. Siento como me acerca más a él.
-si no hablas conmigo no podré ayudarte.
-te amo-me dice. Antes de que pueda contestarle me está
besando ferozmente-te amo tanto-susurra
-yo también te amo
-es… solo que… acabo de recibir un correo. Mañana tengo que
viajar a seguir grabando en USA y estaré allá un par de días
-¿y cuál es el problema?-paso mis manos sobre su cabello amando
la sensación de sentir como se relaja bajo mi tacto-¿acaso no disfrutas viajar?
-no quiero dejarte. Saber que tú estarás aquí y yo allá
cuando podríamos estar juntos. He esperado tanto por ti…
No dejo que termine, en su lugar lo beso. No hay manera de
evitar que no viaje, si fuera mi caso sé que él no me pediría que me quedara.
No lo hizo hace un par de años y ahora que estamos juntos voy a lugar para que
esto funcione.
-te amo. Es tu trabajo. Además yo viajare también-sonrió y el me devuelve el gesto-¿sabes
porque sé que vamos a funcionar?
Mueve su linda cabeza negando. Dejo escapar una risa al ver
su expresión de niño atormentado
-porque ambos nos respetamos. Sabemos lo difícil que es este
medio y sobre todo las relaciones a larga distancia. No importa cuánto tardes
te esperare siempre-me encojo de hombros para restarle importancia- ya te
espere toda la vida
Como suponía mi comentario hace que sonría. Adiós al Roger
triste, en su lugar llega un Roger feroz. Su mirada hace que mis bragas se
mojen. Muerdo mi labio intentado reprimir mi gemido de placer al sentir su buen
ánimo creciendo en mi trasero.
Toma mi rostro en sus manos y me besa. Puedo sentir su
sonrisa contra mis labios. El beso se intensifica y sus manos comienzan una
lucha contra su camiseta, cuando me la quita sus manos van a mis pechos
-eres tan hermosa-toma uno de mis pezones en su boca-hueles
tan bien
Toma con sus manos mis bragas y de un jalón las rompe,
siento como mi coño se moja más con la excitación
-pagaras por ellas-le susurro antes de asaltar sus labios
-nena te comprare una docena
Ahora que estoy libre su mano toca mi clítoris y siento olas
de placer, gimo en sus labios y el me llena en un movimiento rápido. Sus manos
llegan a mis caderas y me levanta un poco, me baja y no puedo controlar el
grito de placer.
-oh nena-dice en un susurro ahogado-esto se siente tan bien
El controla las envestidas, una de sus manos abandona mi
cadera para pellizcar uno de mis pezones. Tomo entre mis manos su rostro y lo
acerco más, siento como el aire abandona mis pulmones y estallo en un orgasmo.
Mis latidos disminuyen, el continua sus embestidas buscando
su propia liberación, siento mi clítoris hincharse más, estoy tan sensible que
cuando me toca con el pulgar siento como otro orgasmo llega a mi
-Carla-dice en medio de su propio orgasmo. Una última
estocada y lo acompaño. Me abraza fuertemente, su boca está en mi cuello
lamiendo la sal de mi cuerpo. Siento su sonrisa cuando muerde
-¡hey! No puedes hacerme una marca, en las fotos se notara
-no, esto es solo para ti, quiero que lo veas y me extrañes
Sonrió ante su comentario. Este hombre no tiene
idea de lo mucho que lo extraño siempre
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